TACTO PEDAGÓGICO MAX VAN MANEN                           

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La profesión docente no es una actividad fácil, y no me refiero a ello por las expectativas que se generar hacia nosotros, por las responsabilidades que nos otorga la sociedad misma, o por el desprestigio que algunos grupos son especialistas en dar al gremio magisterial.

La dificultad radica en las condiciones y relaciones interpersonales que se evidencian en el ambiente escolar, alumnos y docentes pasan gran parte de su vida en la escuela; es un espacio en donde se pone en práctica la personalidad, autoestima y seguridad de los individuos.

Por tal razón una de las características imperantes de un buen docente es el tacto pedagógico, pero ¿Qué tipo de actividades o comportamientos lo manifiestan?

Podríamos definir el tacto pedagógico como el momento y lugar oportuno para llevar a cabo una intervención; por ejemplo: manifestar una apertura y una disposición a las intervenciones de los alumnos, escuchándolos con interés y respeto y principalmente no cuarteando esa necesidad de expresión.

Retrasando o evitando nuestra intervención, permitiendo a los pequeños asumir su protagonismo en el proceso de aprender, descubrir, pero sobre todo de solucionar situaciones de la vida cotidiana.

Para evidenciar un tacto pedagógico será importante un conocimiento real y profundo de nuestros alumnos, ya que ello, nos brindara las herramientas para estar atentos a sus necesidades, problemas, características y contextos y evitar juzgar algún desempeño  o actitud de manera arbitraria. Adquirir dicha información solo podrá ser por medio de un ambiente de confianza y de respeto, en donde no solo seamos el maestro, sino además el amigo…